"El tenebroso carnicero de San Martín."


Un pobre diablo, semianalfabeto e ignaro total en medicina (a juzgar por el modo en que se expresa), interviene quirúrgicamente a miles de personas usando como único instrumental un rústico cuchillo de cocina y, desde luego, sin las más elementales condiciones sanitarias en el sitio en que lleva a cabo su carnicería.


                               El Carnicero de Ciego de Ávila_captura de pantalla del documental.

Escalofriante resulta verlo clavando el cuchillo en los ojos, el cuello, el vientre o la columna vertebral de sus pacientes/víctimas, mientras explica, con pedestre jerga, que el espíritu de un antiguo muerto es quien dirige sus operaciones quirúrgicas, para las cuales utiliza como anestésico una mezcla de perfume, ron, cebolla y alcohol, cuya fórmula, según él, también le fue dictada por el muerto.Se trata de un curandero de la oriental provincia cubana de Ciego de Ávila, cuyos “milagros” ven boquiabiertos los habaneros por estos días, a través del documental “El ‘médico’ de San Martín” (Fe y misterio o el misterio de la fe), filmado por una productora independiente, subido a Youtube y que –debido a nuestra falta de acceso a internet- circula en Cuba de mano en mano en soporte de memoria flash.El carnicero en cuestión (no parece ser un estafador, pues asegura que no cobra nada por sus servicios) se proyecta como una especie de chamán criollo. La gente hace largas colas para ser atendida por él, y no sólo los lugareños del batey San Martín, en el municipio Primero de Enero, que es donde ejerce, sino de toda Cuba, e incluso del extranjero, de acuerdo con lo que se asegura en el documental.

El Carnicero operando_captura de pantalla del documental

Cerca de 3 mil 800 operaciones dice haber realizado al aire libre, sin que al parecer se presentara allí un inspector o cualquier otra autoridad para exigirle que muestre sus credenciales como profesional de la medicina. Es algo verdaderamente insólito, si tenemos en cuenta la implacable persecución y el riguroso tratamiento que debe enfrentar cualquier cubano cuando apenas intenta vender tamales o maní tostado o aguacates, sin la correspondiente licencia.

                                El Carnicero operando_captura de pantalla del documental


¿Quién es realmente este hombre y qué misterio le rodea para que las activas fuerzas represivas del régimen hayan pasado por alto durante largo tiempo el grotesco espectáculo de sus “curaciones”? A juzgar por lo que afirma una de las paciente/víctimas, hace 19 años que él la operó de un riñón. De modo que el asunto tiene ya larga data. Y él mismo asevera que desde los hospitales de las ciudades de Morón y de Ciego le remiten pacientes desahuciados por sus médicos.Al inicio del documental se advierte que éste no es apto para las personas sin fe. Pero no creo que sea por falta de fe, o de tolerancia, o de respeto ante el ejercicio del libre albedrío de las personas, por lo que uno se escandaliza ante lo que está ocurriendo en el batey San Martín. Chamanes, charlatanes, curanderos, espiritistas y fanáticos de toda laya nunca han faltado en Cuba y en todos los rincones de la Tierra. Y por supuesto que tienen su derecho a existir, del mismo modo que a sus seguidores les cabe el derecho de no ser molestados.Pero las leyes de este mundo presuntamente civilizado establecieron desde hace mucho que el derecho a ejercer la libre voluntad cesa para un ser humano justo cuando viola los derechos de otro ser. Y no podríamos negar con seriedad que, aun cuando ellos mismos lo ignoren, esos fanáticos pacientes/víctimas del carnicero de San Martín tienen derecho a que sus enfermedades sean atendidas por auténticos especialistas, con dominio de los adelantos médicos que resultan propios de la época, y no por un gárrulo ignorante, que –supongamos que con la mejor intención- les agrede salvajemente, cuchillo en mano.¿En esto tuvo que venir a parar el mito de la potencia médica cubana? Hoy suele decirse que nuestra isla está tocando fondo dentro del espectro de los peores países del llamado Tercer Mundo. Casos como el de San Martín lo demuestran. Y hasta sugieren que inauguraremos el Cuarto Mundo, con perspectivas para el Quinto.

Documental  filmado directamente  en el  batey de San Martín perteneciente al municipio Primero de Enero,provincia Ciego de Ávila.

   
Fuente: http://www.cubanet.org/destacados/el-tenebroso-carnicero-de-san-martin/                                   



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Las personas bajas viven más años.

La esperanza de vida y la estatura están relacionadas, al menos entre los hombres japoneses, ya que son los que han participado en el estudio Kuakini HHP.

Esta investigación está basada en el Programa de Corazón de Kuakini Honolulu (HHP) y el Estudio de Envejecimiento en Asia (HAAS). En ella se ha descubierto que los hombres de poca estatura son más propensos a contar con más protección del gen de la longevidad (FOXO3), el cual produce una tendencia a desarrollar un cuerpo más pequeño durante la etapa de crecimiento. Además, los bajitos tienen niveles más bajos de insulina y menos probabilidad de sufrir cáncer.

Gracias a esta investigación se ha demostrado por primera vez que la estatura de las personas está relacionado con el gen FOXO3, algo que ya se había observado con algunos animales. El estudio Kuakini HHP se inició en 1965 con 8.006 hombres norteamericanos de origen japonés nacidos entre 1900 y 1919 y residentes en Hawai. Les controlaron sus condiciones de salud y estilos de vida a lo largo de estos años, y luego se dividió a los participantes en dos grupos: los que medían menos de 1,60 metros y los que medían más.

Las razones de que este estudio se realizará en Honolulu, capital de Hawai, son porque es el estado norteamericano con más esperanza de vida. De los participantes en la investigación, 1.200 hombres vivieron más de 90 años, y 250 aún siguen vivos.



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