La evolución hace a las mujeres cada vez más bellas
Goldie Hawn le ha legado (casi todos) sus genes bellos a su hija Kate Hudson. Y no parece haber conservado muchos.
Es cierto que el modelo de belleza se ha ido modificando drásticamente durante los años. También es cierto el hecho de que la belleza no tiene un patrón de discernimiento definido, y que la subjetividad personal manda más que otra cosa a la hora de identificar a una persona bonita. Sin embargo, es también innegable que existe una tendencia general hacia la identificación de las personas bonitas y las personas feas.
Por ejemplo, es innegable que la cara de alienígena de Cristina Ricci es incomparable al encanto deNatalie Portman o la belleza femenina de Keyra Knightley (bueno, no sé si tan innegable; al menos R no está del todo de acuerdo). En fin, a lo que voy es que detrás de todos estos discernimientos no hay otra cosa que evolucionismo puro, y aquí aparece nuevamente mi gran referente Charles Darwin.
Es que una investigación de la Universidad de Helsinki liderada por Markus Jokela ha estudiado a 1244 mujeres y a 997 hombres, tomando en cuenta su belleza y la cantidad de hijos que tuvieron durante su vida.
Los resultados de la investigación demostraron que las mujeres atractivas tenían un 16% más de hijos que sus congéneres menos bonitas, mientras que las auténticas bellezas de calendario solían tener un 6% más de hijos que las mujeres bonitas más cercanas a lo real. En cuanto a los hombres, los menos atractivos tenían 13% menos hijos que los bonitos y normales. ¿Qué hay detrás de todo esto?Maquinaria evolutiva funcionando muy aceitada.
Pensemos en términos darwinianos. Si una mujer bella tiene más hijos/hijas que una mujer fea, su belleza tendrá más posibilidades de continuarse en generaciones subsiguientes en relación a las demás mujeres. Entonces, la evolución lleva, en términos generales y en función de las preferencias generales de la sociedad, a que la cantidad de mujeres bonitas se incremente significativamente con el correr de los años.
En este sentido, ¿es posible la utopía estética de un Jardín del Edén en el que todos seamos apuestos Adanes y todas sean encantadoras Evas? Ojalá sí, aunque sería mejor que no se tratase de un Jardín del Edén, así por lo menos podríamos reproducirnos nuevamente y engendrar crías tan bonitas como nosotros.
0 comentarios :